Reestructuración de empresas: en qué consiste, qué beneficios tiene, y cómo puede ayudar a tu compañía

La reestructuración de empresas es un proceso que en la mayoría de las ocasiones provoca preocupación y genera muchas dudas en el empresario.

Esto ocurre porque una reestructuración empresarial suele enmarcarse dentro de una situación complicada para la compañía, que está atravesando un momento de dificultad.

Puede ser un escenario de crisis económica y financiera, o puede deberse a que el modelo actual de negocio ya no funciona.

Como todo proceso de cambio en una empresa, es muy importante tomar las decisiones correctas y no cometer errores para que la reestructuración empresarial cumpla su objetivo.

Para acertar en esta toma de decisiones empresariales tan importantes y complejas es fundamental contar con ayuda legal especializada.

Si tu empresa pasa por un momento delicado que requiere cambios en el modelo de negocio, podemos ayudarte como expertos en reestructuraciones e insolvencias.

reestructuracion de empresas

La reestructuración de una empresa consiste en un proceso de modificación o cambio, que busca solucionar una situación de crisis económica empresarial, o bien una transformación y adaptación del negocio a un nuevo modelo empresarial.

No siempre es necesario cambiar todo, sino que en función de las necesidades de la empresa puede requerirse una reestructuración que suponga determinadas modificaciones puntuales o específicas.   

El proceso depende de las circunstancias que hayan llevado a la empresa a necesitar la reestructuración, que puede ser de varios tipos.

Tipos de reestructuración de empresas

En función de los puntos afectados, la Ley 3/2009, de 3 de abril, sobre modificaciones estructurales de las sociedades mercantiles establece los tipos de restructuración empresarial más comunes:

La reestructuración financiera

Es una de las más habituales y complejas, directamente relacionada con ciclos de crisis económica, falta de liquidez, de financiación puntual o dificultades financieras.

En estos casos la compañía necesita valorar su rentabilidad, hacer un diagnóstico del problema y establecer una estrategia dirigida a mejorar la parte financiera y reestructurar sus cuentas, la deuda y el patrimonio.

Una reestructuración financiera incluye, según las necesidades de la empresa, procesos de fusión, adquisición, escisiones u operaciones conjuntas, que deben planificarse minuciosamente para evitar riesgos y cumplir con la legalidad.

La reestructuración interna  

Es un proceso necesario cuando la empresa necesita mejorar su productividad y optimizar su rendimiento.

Para ello es necesario hacer un análisis de la compañía, estudiar su proceso de producción interno, y a partir de ahí reasignar los recursos y aplicar soluciones que ayuden a conseguir mayor eficiencia en el funcionamiento de sus departamentos.

La reestructuración tecnológica

Su objetivo es ayudar a la empresa a digitalizar los procesos y adaptarse a los nuevos avances tecnológicos del sector. 

Es muy frecuente hoy en día por la transformación digital que estamos viviendo, y suele afectar de modo directo a los empleados, que necesitan nuevos procesos formativos de aprendizaje.

¿Cuándo es recomendable optar por una reestructuración de empresas?

La situación actual de crisis que vivimos y la pandemia de la Covid19 ha afectado a empresas de todo el mundo, que ven cómo necesitan cambiar la forma de trabajar para sobrevivir y seguir funcionando.

Como expertos en reestructuraciones empresariales, conocemos la importancia de detectar a tiempo las causas que pueden llevar a una compañía a necesitar una reestructuración empresarial.

Si la empresa es viable desde un punto de vista económico, pero no lo es desde un punto de vista financiero, es el momento de pensar en un plan de reestructuración.

Cada empresa es diferente, por eso es fundamental hacer un estudio o diagnóstico previo de su situación, detectar las causas del problema y plantear el plan de reestructuración que mejor se ajuste a su situación económica y financiera.

Algunas de las causas más habituales que pueden ser síntoma de “alarma” para que una empresa decida acometer una reestructuración empresarial son:

  • Malos resultados económicos o falta de rentabilidad.
  • Crisis económica, que puede ser global o del sector.
  • Problemas de liquidez o dificultades para conseguir financiación.


Pérdida de posicionamiento en el mercado o aparición de nuevos competidores.

Los beneficios de la reestructuración de empresas

Cuando una compañía decide acometer una reestructuración empresarial es porque busca, en la mayoría de los casos, salir de una situación de endeudamiento y recuperarse para seguir funcionando, asegurando su supervivencia.

Otros beneficios que puede conseguir una empresa con una reestructuración son:

  Mantener y conservar el patrimonio empresarial, diversificando los riesgos, y ganando en competitividad.

✓  Ahorrar costes, tanto administrativos como de operación y de producción, eliminando inversiones que representan mayor coste para la compañía.

  Mejorar y optimizar la gestión de los recursos humanos, que ayuda a reducir el gasto, mejorando los procesos internos, y automatizándolos para simplificar tareas.

✓ Optimizar la fiscalidad, reduciendo el pago de impuestos.

Si la compañía opta por una fusión de empresas, consigue aumentar su alcance y posibilidades de negocio, gana en eficiencia y reduce costes, haciéndose más sólida y resistente frente a los desafíos y posibles problemas.

Si la compañía se decide por una escisión, se dividen las actividades productivas y se multiplica su eficiencia, además de contar con la ventaja de tener una organización con experiencia, que las empresas que empiezan de cero no tienen.

Reestructuración de empresas: cómo es el proceso

Frente a las ventajas para una compañía de acometer una restructuración de empresas, es importante tener en cuenta que se trata de procesos muy complejos en muchas ocasiones.

A ello hay que añadir los riesgos asociados a una reestructuración y el cumplimiento de la normativa legal, que en algunos casos puede dificultar el proceso.

El cambio que supone la reestructuración de empresas será más o menos profundo para la compañía dependiendo de que actúe con mayor o menor anticipación.

Para que la reestructuración se realice con todas las garantías tanto legales como económicas evitando riesgos y responsabilidades para socios y administradores, es fundamental contar con la ayuda de abogados expertos en reestructuraciones de empresas.

Aunque cada compañía es diferente, con distintas características y necesidades, hay unas fases comunes a todo proceso de reestructuración empresarial:

  • Estudio o diagnóstico de la situación.
  • Estrategia o plan de reestructuración.
  • Aplicación del plan.


Seguimiento y evaluación de resultados.

Estudio o diagnóstico de la situación

El objetivo de esta primera fase es detectar los fallos o causas que están provocando problemas en la compañía.

Para ello debe analizarse a fondo la situación de la empresa y su estructura empresarial, qué hace su competencia, qué cambios están ocurriendo en el mercado, o por qué no cumple sus objetivos.

Este estudio se concreta en un informe donde se recoge el diagnóstico del problema y las posibles soluciones a implementar, incluyendo el análisis de riesgos de la operación.

Estrategia o plan de reestructuración

Una vez detectado el problema, a partir de datos reales y del diagnóstico de la situación, se plantea la estrategia a seguir con la elaboración del plan de reestructuración.

En el plan se establece el tipo de cambio que necesite la compañía, qué objetivos se persiguen, qué plazos se establecen para conseguirlos y las acciones a implementar para cumplirlos.

También se establecen los parámetros indicadores de que se van obteniendo los resultados previstos, para determinar que el plan establecido está funcionando.

Aplicación del plan

Una vez establecido el plan se pone en marcha, para lo que es necesario contar con la implicación y colaboración de toda la compañía.

Es recomendable implementar planes de formación a la plantilla e información sobre el proceso de reestructuración.

Seguimiento y evaluación de resultados

A medida que el plan de reestructuración se va implementando en la compañía es necesario ir haciendo un seguimiento de las acciones que se han puesto en marcha para valorar si se van cumpliendo los objetivos y tener controlados los posibles riesgos.

De esa forma se pueden ir corrigiendo algunos cambios o haciendo modificaciones para conseguir los objetivos establecidos en el plan de reestructuración empresarial.

Aunque depende de las características de cada empresa y del tipo de reestructuración, el proceso puede tardar entre uno y tres años.

Conocemos muy bien la angustia e incertidumbre del empresario cuando sabe que tiene que cambiar su modelo de negocio, pero no conoce los riesgos ni el proceso.

Como expertos en reestructuraciones e insolvencias detectamos el problema que tiene tu compañía, preparamos el plan de reestructuración que mejor se ajuste a sus necesidades, y acompañamos a la empresa en toda la operación para que se recupere y gane en fortaleza y competitividad.

Somos expertos en situaciones económicas complejas, Reestructuraciones e Insolvencias y podemos ayudarte.

Contacta aquí con Antonio Almendros Abogados y cuéntanos qué necesitas en una consulta sin compromiso. Tus Abogados Expertos en Derecho Mercantil.

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